Limáhuida es una de una treintena de comunidades rurales escondidas entre cerros y quebradas del Valle del Choapa. Distantes de la capital regional y hoy, vecinas de una importante faena minera que ha cambiado la fisonomía del territorio. Sus comuneros, gente humilde de campo, viven en un ritmo que parece perdido en el tiempo: cuidando animales o trabajando la tierra.Los niños y niñas asisten a Escuelas que en algunos casos tienen solo un estudiante.Las viviendas a veces están tan escondidas en el relieve que los niños nunca han visto al Pascuero o acceden a un bloqueador solar.Edgard García, salió de Limáhuida a estudiar a la ciudad de Illapel a los 14 años, conociendo por primera vez la luz eléctrica y el teléfono. Él que bien conoce la realidad de estas familias,ha sido incansable en realizar actividades de ayuda social y educativa, reuniendo la ayuda de amigos voluntarios para regalar en navidad, enseñar a prevenir en salud o ayudar a los más desvalidos. Más de100 acciones en 8años